Hoy recuerdo aquella tarde
Bajo el verde de los pinos
Que me dijiste: "Qué gloria
Cuando tengamos un hijo"
Yo te escuchaba, lejano
Entre mis sueños perdido
Y repetí como un eco:
"Cuando tengamos un hijo"
Tu blanco velo de novia
Por tu olvido y por mi olvido
Fue un camino de Santiago
Doloroso y amarillo
Tú te has casado con otro
Yo con otra he hecho lo mismo
Ahora bajas al paseo
Rodeada de tus hijos
Del brazo de un traje negro
Que se pone tu marido
Nos saludamos de lejos
Como dos desconocidos
Y tú sonríes sin gana
En la garganta un suspiro
Pero yo no me hago cargo
De que hemos envejecido
Porque te sigo queriendo
Igual o más que al principio
Y oigo tu voz que me grita:
"Cuando tengamos un hijo"
Y en esas tardes de lluvia
Cuando mueves los bolillos
Dices con miedo, entre sombras
Amparada en el visillo:
"Ay, si yo con ese hombre
Hubiese tenido un hijo
Hubiese tenido un hijo."